Es indispensable en cualquier dieta equilibrada. Los beneficios del aceite de oliva están demostrados científicamente. Estudios nutricionales han comprobado que un consumo moderado, reduce la posibilidad de padecer enfermedades. En CurioSfera.com, te explicamos las ventajas y virtudes del aceite de oliva para tu organismo.
Ver los beneficios del aceite de onagra
Beneficios del aceite de oliva para la salud
El aceite de oliva tiene un poder curativo potencial enorme, por eso se le llama oro líquido. Las principales propiedades curativas y preventivas del aceite de oliva son:
Previene las enfermedades cardiovasculares
Los ácidos grasos que se encuentran en el aceite de oliva virgen, particularmente el ácido oleico, ayuda a disminuir los niveles de colesterol LDL (llamado vulgarmente colesterol malo). Al mismo tiempo, incrementan los valores de colesterol HDL, o colesterol bueno. En resumen, reduce el colesterol y reduce el riesgo de sufrir un infarto.
Baja la presión sanguínea
Gracias a las grasas insaturadas, se incrementa la vasodilatación arterial, por lo que la circulación sanguínea mejora notablemente y disminuye la presión arterial.
Disminuye el riego de cáncer
Según demuestran los resultados de varios estudios médicos, el consumo de aceite de oliva disminuye el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer. Por ejemplo, el cáncer de mama, asociado entre otras cosas al elevado consumo de grasas saturadas de origen animal. En los países mediterráneos en los que se consume más el aceite de oliva, comparativamente hay menos enfermos de ciertos tipos de cáncer que en Estados Unidos.
Aumenta la esperanza de vida
Al reducir considerablemente la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer, la longevidad aumenta considerablemente, además de tener una mejor calidad de vida.
Mejora la diabetes
Las beneficiosas propiedades del aceite de oliva regulan la cantidad de azúcar en la sangre entre los enfermos de diabetes En efecto, el ácido oleico reduce las complicaciones en enfermos de diabetes mellitus tipo II. Recuerda que el alto consumo de grasas saturadas comporta obesidad o sobrepeso, factores de riesgo el empeoramiento o aparición de la diabetes.
Favorece los huesos
Hace que el desarrollo y correcta mineralización de los huesos sea el adecuado. Por este motivo, los niños en la etapa de crecimiento deben contar con el aceite de oliva en su dieta. También la gente mayor para evitar la pérdida de calcio en lo huesos (osteoporosis).
Beneficia a la correcta digestión
Una dieta que lo incluya beneficia la función digestiva y también disminuye considerablemente la secreción gástrica ácida. Esto hace que estés menos expuesto a enfermedades gastrointestinales.
Es un potente antioxidante
Al contener excelentes antioxidantes fenólicos, como lo es la vitamina E, realiza una función protectora ante la oxidación celular.
Regula el tránsito intestinal
Una de sus propiedades es que actúa como un ligero laxante. Por este motivo, ayuda a quitar el estreñimiento y colabora a una mejor absorción intestinal de los nutrientes.
¿Todos los aceites son buenos para la salud?
La respuesta es NO, así de sencillo. Supongamos que estás en un supermercado frente a las estanterías llenas de hileras y más hileras de botellas de aceite reluciente y dorado. Aceites de oliva de diferentes tipos: virgen extra, virgen, refinado, etcétera. Pero también aceites de soja, de maíz y de girasol. Pero, ¿son todos iguales? NO. Cada tipo de aceite tiene un color precioso. Varía desde el dorado más puro hasta el verde oliváceo oscuro, y es un testamento puro y brillante de la saludable planta de la que ha sido extraído, el olivo.
Todos cuestan, más o menos, lo mismo, aunque el aceite de oliva es un poco más caro, sobre todo el virgen extra. ¿Cuál de ellos cogerías de la estantería llevándolo a casa para el consumo familiar?. ¿Cuál sería la elección más saludable?
- Lo primero que debemos tener en cuenta es que todos los aceites son grasa en un 100%.
- Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que en los países donde la gente vive más años se consume muy poca cantidad de grasa.
Una vez que se ha comprendido que se deben usar los aceites con moderación, el siguiente paso es sopesar los pros y los contras de cada tipo de aceite. Por lo general, cada tipo de aceite (incluyendo aquellos etiquetados en todas partes como aceite Vegetal) contiene vitamina E y una combinación de dos tipos de grasa.
La grasa saturada
La grasa saturada se encuentra abundantemente en la carne (menos en la carne magra), el queso, la mantequilla y los aceites tropicales (aceite de coco y aceite de palma), muy poco utilizados en las cocinas caseras. Es sólida a la temperatura ambiente, aumenta el nivel de LDL o colesterol “malo”, y disminuye el nivel de colesterol “bueno” o HDL, en la corriente sanguínea. El colesterol LDL es malo porque se acumula en las arterias, obstruyéndolas, y puede interrumpir el suministro de sangre al cerebro y al corazón.
Ver qué es la carne magra y tipos
La grasa insaturada
Las grasas insaturadas están contenidas predominantemente en los aceites vegetales. Son líquidas a la temperatura ambiente, bajan, o por lo menos no aumentan, el colesterol LDL y dejan que el colesterol HDL actúe solo. El colesterol HDL es bueno porque realmente pone trabas a las sustancias nocivas y lucha contra ellas en el hígado para que sean desechadas.
Qué aceite es mejor para el organismo
Cualquier aceite que compres contiene una mezcla de grasas saturadas, poli y monoinsaturadas. No obstante, los porcentajes de ellas en dicha mezcla varían mucho. La consigna a seguir para mantener sano su corazón es evitar aquellos aceites que contengan grandes cantidades de grasa saturada. Ten siempre presente, además, que cada cucharada de aceite representa 120 calorías de grasa pura. Por tanto, consúmelo con moderación.
Aceites con menos cantidad de grasa saturada (buenos para la salud):
- Aceite de oliva.
- Aceite de girasol.
- Aceite de canola.
- Aceite de cártamo.
- Aceite de soja.
Aceites con gran cantidad de grasa saturada (malos para la salud):
- Aceite de palma.
- Aceite de coco.
- Aceite de fruto de palma.
Por qué es tan bueno el aceite de oliva
Como te hemos explicado anteriormente, es un extraordinario nutriente que beneficia el correcto funcionamiento de tu organismo. Pero, exactamente ¿Por qué es tan beneficioso el aceite de oliva? El aceite de oliva contiene una gran cantidad de grasas insaturadas, que son excelentes para tu salud. Pero además, las grasas insaturadas están divididas en dos tipos diferentes:
- Las grasas poliinsaturadas.
- Las grasas monoinsaturadas.
¿Y cuál es la diferencia entre ellas? Los científicos ya sospechaban desde hace tiempo que las grasas poliinsaturadas disminuyen el colesterol, mientras que las monoinsaturadas no lo afectan en manera alguna. Pero actualmente se sabe que las grasas monoinsaturadas distan mucho de ser neutrales.
Estudios médicos sobre el aceite de oliva
En un estudio que realizó el Hospital Hadassah de Jerusalén, los investigadores sometieron a 26 estudiantes varones a una dieta cuyas calorías provenían, en un 32 por ciento, de las grasas, lo cual se aproxima a lo que recomienda la Asociación Americana de Cardiología.
Los científicos controlaron perfectamente a los estudiantes, ya que hacían todas sus comidas en la escuela y tenían muy pocas oportunidades de comer en otra parte. Durante las primeras 12 semanas del estudio, la grasa de la dieta de los estudiantes fue alterada para que contuviera, en su mayor parte, grasas monoinsaturadas.
En las siguientes 12 semanas se ajustó la dieta a un contenido compuesto mayormente por grasas poliinsaturadas. En ambos casos, las grasas saturadas se mantuvieron bajas.
Cuando los científicos compararon los niveles de colesterol medios de la población con los niveles de colesterol obtenidos en los participantes del estudio al final del mismo, encontraron que los niveles de colesterol de los estudiantes bajó en un 16%, mientras consumían grasas poliinsaturadas, y en un 10% mientras estuvieron consumiendo grasas monoinsaturadas.
En estos estudiantes, el colesterol LDL fue el que más bajó, mientras que el colesterol HDL permaneció en los mismos niveles que antes del experimento.
Pero lo que más impresionó a los investigadores fue el descubrir que el colesterol LDL, que circulaba en la sangre de los estudiantes mientras que éstos comían grasas monoinsaturadas, parecía perder la capacidad de desencadenar el proceso químico que causa el atascamiento de las arterias y las enfermedades cardíacas. En otros términos, el colesterol LDL perdía gran parte de su fuerza.
Estudios posteriores realizados con animales en la Universidad de California, en San Diego, parecen indicar que las grasas monoinsaturadas tal vez posean la habilidad de reducir hasta en un tercio el potencial dañino que el colesterol LDL tiene para el corazón.
Por si esto no fuera suficiente para inclinarse a favor del consumo de los aceites monoinsaturados, estudios complementarios indican que los aceites altamente monoinsaturados (en especial el aceite de oliva) quizá posean también la capacidad de reducir la presión sanguínea y el azúcar de la sangre.
En un estudio conjunto que hicieron la Universidad del Estado de Nueva York, en Búfalo, y el Consejo Nacional Italiano de Investigación, en el que participaron casi 5.000 personas de ambos sexos, se llegó a la conclusión de que el uso habitual de aceite de oliva estaba relacionado con niveles bajos tanto de colesterol corno de presión sanguínea, y de azúcar en la sangre.
Según las conclusiones de dichos investigadores, los aceites poliinsaturados están ligados a una disminución de azúcar en la sangre, pero aparentemente no afectan a la presión sanguínea.
¿Cuánto aceite de oliva debo consumir al día?
Aún hay más razones que hablan en favor de los aceites monoinsaturados. Un asunto que preocupa a algunos científicos son las grandes cantidades de poliinsaturados que, de algún modo, están implicados en el desarrollo de varios tipos de cáncer. Y, los estudios de laboratorio, señalan que grandes cantidades de grasas poliinsaturadas podrían perjudicar o incluso suprimir el sistema inmunológico, principalmente en aquellas personas que ya están afectadas o enfermas.
Como respuesta a estas inquietudes, el doctor Scott Grundy aconseja que el consumo de ácido linoleico, el ingrediente específico de los poliinsaturados que es el causante de esta preocupación, debe estar por debajo del 7% de calorías.
En una dieta promedio de 2.000 calorías diarias, se calcula que han de consumirse 2 cucharadas de aceite de oliva al día. Si bien hay algunos científicos que aconsejan limitar el consumo de poliinsaturados, otros señalan que éstos disminuyen el colesterol y colaboran en la absorción de las vitaminas. Además, el ácido linoleico es un nutriente esencial. Y tal vez haya otros efectos benéficos que no han sido aún descubiertos.
¿Cuál es el límite? Los doctores aconsejan: “evita incluir cualquier tipo de grasa (incluido el aceite) en su dieta tanto como te sea posible, y cuando tengas que hacerlo, lee las etiquetas y usa aquello que contenga la menor cantidad de grasa saturada. Mantén el consumo de poliinsaturados al mínimo (un 10 % de calorías al día) y de los monoinsaturados como un complemento por si un día necesitas una pequeña cantidad extra de aceite.
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