Desde hace cientos de años, para muchos científicos, conocer la función del orgasmo ha sido uno de los mayores enigmas de la anatomía femenina. Averiguar para qué sirve en el presente y a principios de la existencia de la especie humana ha sido la obsesión de muchos antropólogos y biólogos. En CurioSfera.com, te damos las respuestas a todas estas preguntas sobre el origen y la función de este fenómeno.
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Para qué sirve el orgasmo femenino y su origen
En este punto, tal vez te preguntes por qué tanto interés en el orgasmo de ellas y no en el de ellos. La respuesta es que la función en los varones es muy claro. Y no es otra que la de transferir el esperma. Pero, no sucede lo mismo en la mujer. Las mujeres se pueden quedar embarazadas perfectamente sin llegar a alcanzar el climax. Entonces, ¿para qué sirve el orgasmo de la mujer? De hecho, esta pregunta ya se la planteaba Aristóteles en la antigua Grecia.
El origen de la pregunta viene dado por el hecho de que hay mujeres que no alcanzan el orgasmo con las relaciones sexuales. Por lo que si su función fuera meramente biológica, este mecanismo sería más efectivo y se daría en la mujer siempre que tuviera actividad sexual.
Un reciente estudio realizado por científicos del Hospital Infantil de Cincinnati y la Universidad de Yale ha investigado sobre el orgasmo femenino y ha conseguido obtener algunas respuestas muy interesantes.
El orgasmo como huella de la evolución
Actualmente el orgasmo femenino no forma parte de la función reproductiva, no obstante, hace miles de años sí que servía para iniciar la ovulación. Los investigadores que han realizado este estudio, que ha sido publicado en el Journal of Molecular and Developmental Evolution, han llegado a la conclusión que el orgasmo femenino es una señal evolutiva que en la práctica no tiene utilidad alguna para la reproducción.
Pero esto no siempre fue así, hubo un tiempo en que SÍ la tuvo. En los orígenes de la especie humana el orgasmo en la mujer inducía la ovulación. La ovulación en las hembras humanas es totalmente autónoma y nada tiene que ver con su actividad sexual. No obstante, en otras hembras de especies mamíferas, el orgasmo sí viene propiciado por la cópula.
Por este motivo, los científicos han determinado que las hembras humanas, hace miles de años, después de una relación sexual empezaban su ovulación. Posteriormente la evolución cambió este hecho hacia una ovulación independiente a la actividad sexual.
Por lo tanto, el orgasmo en la mujer es un vestigio de la función original que tenía en la antigüedad y que hoy en día ya no es así. Ya que actualmente no existe asociación alguna entre la reproducción humana y el placer sexual de las mujeres.
No obstante, el estudio indica que una característica concreta no ha variado con el paso de los siglos en la anatomía de la mujer. Nos referimos a la producción de oxitocina y prolactina, que son hormonas que durante el clímax segregan las mujeres y que en otras hembras mamíferas juegan un papel fundamental en la ovulación. De hecho, este estudio demuestra que el incremento de estas hormonas durante el orgasmo de la mujer, también existe en otras especies, sobre todo en las ovulan con la cópula. Como por ejemplo, el gato, el hurón o el conejo.
En resumen: las hormonas que la mujer produce durante el orgasmo, son las que en otras especies incitan el inicio de la ovulación para iniciar el embarazo.
Mutación de la mujer
Uno de los descubrimientos más sorprendentes de este estudio es saber que el clítoris de la mujer no ha estado siempre en el lugar que todos conocemos actualmente. Mediante una observación comparativa de los genitales femeninos, los científicos descubrieron que el clítoris fue cambiando su posición a medida que las hembras pasaban a tener una ovulación provocada por el coito del macho a una ovulación independiente.
Efectivamente, el clítoris pasó de ubicarse dentro de la vagina de la mujer a su ubicación actual. Esto es debido a que ya no era necesario conseguir un orgasmo para poder ovular. Los investigadores creen que esto evolucionó de este modo a que ya no era necesaria su función original.
El clítoris cambió de lugar al mismo tiempo que el cuerpo de las hembras evolucionaba a una ovulación espontánea. Al cambiar el clítoris de posición, resulta más difícil que la hembra alcance el orgasmo por penetración. Por tanto es lógico pensar que la hembra tenga menos predisposición hacia el sexo debido a la menor posibilidad de alcanzar un orgasmo.
Entonces, ¿a qué se debe este cambio evolutivo de una ovulación inducida por el coito a una independiente? El porqué de esta evolución y cambio a una ovulación independiente sigue siendo aún todo un misterio aunque algunos estudios intentan aclararlo.
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